Síguenos :

PRAGMA – INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN Y ENSEÑANZA EN PSICOANÁLISIS

Dónde estamos

Av. 7 e/ 54 y 55 - La Plata

Correo Electrónico

asocpsiclp@gmail.com

Cursos Breves

¿Lo real no habla?

Inés García Urcola

Un salto en la enseñanza de Lacan, que situamos a la altura del seminario 11 Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, orientó la tercera clase del curso breve “Lacan: del inconsciente al ser diciente”. Hablamos de “salto” en tanto consideramos que el recorrido propuesto en la enseñanza de Lacan, que parte del concepto de inconsciente y llega a la noción de parlêtre o ser diciente, no es un recorrido lineal y un progreso conceptual; como señala Enrique Acuña en el argumento del presente curso, se trata de saltos sobre lo que se decide como obstáculo; “Habría que recordar que lo epistémico y lo clínico no se juntan si no hay un pegamento del deseo como política, que apunta a desatar una poética: la de un bien inventar.”(1)

En esta dirección consideramos relevante contextualizar el salto aludido ubicando la excomunión de Lacan, palabra con la que él nombra en la primera clase del seminario la condición impuesta por la IPA a la Sociedad Francesa de Psicoanálisis para tener la habilitación internacional. Eso permite una reformulación de los conceptos fundamentales del psicoanálisis: inconsciente, repetición, transferencia y pulsión.

Un deseo -del analista- como política que se orienta a sostener una praxis, “una acción concertada por el hombre, sea cual fuere, que le da la posibilidad de tratar lo real mediante lo simbólico”(2). Con esta definición de lo que es una praxis, cuestión que retomará en “La ciencia y la verdad”, Lacan pone al psicoanálisis a debatir con la ciencia, la religión y la magia. El deseo del analista, que le permite pensar la especificidad de la praxis psicoanalítica, también entrará en juego a la hora de su crítica a los postfreudianos.

Una de las preguntas planteadas en esta tercera clase se concentró en el título que Jacques-Alain Miller diera a una de las clases: “El inconsciente freudiano y el nuestro”. ¿Hay un inconsciente freudiano y un inconsciente lacaniano? Sabemos, cuestión que fue planteada en las clases anteriores del curso y que Lacan recuerda en el seminario 11, que “el inconsciente freudiano nada tiene que ver con las llamadas formas del inconsciente que le precedieron, como tampoco con las que lo acompañaron o todavía lo rodean.”(3) Pero ¿cuál es la reformulación del inconsciente que Lacan plantea aquí?

A modo de introducción a lo que se desarrollará a lo largo del año en el seminario anual del Instituto Pragma, realizamos algunas puntuaciones del primer apartado del seminario 11. Lacan ubica la hipótesis necesaria del inconsciente freudiano, la certeza freudiana, en relación a la certeza cartesiana. Si Descartes funda su certeza del “yo pienso” en la duda, Freud, al dudar de sus sueños, “está seguro por eso de que en ese lugar hay un pensamiento, que es inconsciente, lo cual quiere decir que se revela como ausente.”(4) Las formaciones del inconsciente son producto de un saber estructurado según las leyes del lenguaje. Un saber matemático que implica el azar del encuentro con el significante y su articulación en una cadena regida por una ley. Como dice J-A. Miller, “a partir del momento en que se juntan elementos, aparece una determinación, se sale de lo indeterminado de la cadena. Eso es lo que Lacan quiere mostrar respecto del inconsciente, que hay determinación (…), que en todo caso responde a una ley, y manifiesta lo que él mismo llama ‛el triunfo de la sintaxis’”(5). Podríamos decir que se trata de un triunfo de la sintaxis frente a la dimensión de engaño-mentira del inconsciente pensado en términos de verdad a revelar.

Pero aquí Lacan introduce otro inconsciente, un inconsciente como fenómeno de discontinuidad, ruptura, corte, un inconsciente evasivo y pulsátil. Un inconsciente que es hiancia donde surge el sujeto dividido. “Tropiezo, falla, fisura. En una frase pronunciada, escrita, algo viene a tropezar. (…) Allí una cosa distinta exige su realización, (…) Lo que se produce en esta hiancia, en el sentido pleno del término producirse, se presenta como el hallazgo (…) Hallazgo que es a un tiempo solución.”(6)  Allí hay que ir, dice Lacan, subrayando la dimensión ética y no óntica del inconsciente, y leyendo de un modo novedoso el Wo es war soll Ich werden freudiano, allí donde Ello era, el yo (je) debe advenir como sujeto del inconsciente.

El inconsciente como hiancia le permite a Lacan diferenciar la dimensión de la causa –para lo cual toma la referencia a Kant y su Ensayo sobre las magnitudes negativas– siempre vacía, imposible de comprender mediante la razón, ombligo de los sueños, centro desconocido, y la dimensión de la ley, de la causalidad o lo que hay de determinante en una cadena, en la que la diacronía (historia) estará orientada por la estructura. Señalará entonces que donde eso estaba, lo real, el Ich, el sujeto, ha de advenir.

Lacan introducirá a partir de aquí el concepto de repetición; y así como vemos un inconsciente red y un sujeto del inconsciente que se muestra en la falla del saber, que viene al lugar del ello, lo real, como hallazgo y solución, veremos desdoblarse la repetición en un automaton significante y en el encuentro con la tyché. Lo real no habla, pero insiste.

Notas

(1) en https://seminarioenriqueacuna.wordpress.com/2020/01/29/lacan-del-inconsciente-al-ser-diciente/

(2) Lacan, Jacques: El Seminario de Jacques Lacan. Libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2008, pág. 14.

(3) Ibid, pág. 31.

(4) Ibid, pág. 44.

(5) Miller, Jacques-Alain: El ultimísimo Lacan. Editorial Paidós, 2013, pág. 205.

(6) Lacan, Jacques: El Seminario de Jacques Lacan. Libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Editorial Paidós, 2008, pág. 32.-