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«Observaciones a La rama dorada de Frazer»

Observaciones a La rama dorada de Frazer

Año de Edición: 1967
Autor del Libro: Ludwing Wittgenstein
Autor del Comentario: Ezequiel Rueda

¿Qué puede enseñar un lógico sobre magia, religión y ciencia?: Esta puede ser una pregunta que nos guie en la lectura del presente texto de Ludwing Wittgenstein.

La razón de la reciente llegada de este libro a los anaqueles de nuestra Biblioteca Freudiana es doble: El primer motivo se desprende del tema central del curso anual de Enrique Acuña desde hace algunos años: la relación entre magia, religión, ciencia y psicoanálisis. Entre las múltiples referencias que se vienen trabajando en las últimas clases tiene centralidad el trabajo antropológico de James Frazer (1854-1947) en el cual Sigmund Freud se apoya para elaborar sus investigaciones sobre el mito. Y de aquí se deriva el segundo motivo: parece pertinente la lectura que pueda hacer Wittgenstein desde la lógica, en tanto esta es otro de los campos que reinvindican la verdad, como dice Lacan en «La ciencia y la verdad», al pensarla como un modo de formalización que prescinde de las contingencias de la gramática y posibilita un modo particular de acceso a lo real, por lo que la agregamos a la serie de disciplinas referidas.

En este breve libro Wittgenstein aborda críticamente las investigaciones antropológicas de Frazer cuestionando, fundamentalmente, la metodología empleada para pensar la diferencia cultural de las tribus estudiadas y su conjunto de creencias que se patentizan en la religión y en los procedimientos mágicos practicados. Criticará al cientificismo de Frazer, el cual al no encontrar en los procedimientos mágico-religiosos conformidad con su campo de saber será concebido en términos de error, aplicando una lectura empirista de la realidad coherente con lo promovido por la ciencia positiva en auge y, por lo tanto, eliminando la posición del investigador (sutura del sujeto) como factor de la aprehensión del fenómeno investigado. Ante lo cual Wittgenstein señalará: “el error nace precisamente cuando la magia se expone científicamente”.

La posición del filósofo vienés que posibilita tal crítica se enmarca en lo que es denominado “el segundo momento de su obra” a partir del giro realizado en sus “Investigaciones filosóficas” el cual implica una nueva concepción de lenguaje por fuera de los límites de la gramática y su formalismo, considerando el factor del contexto y de los usos que se hacen del lenguaje. Wittgenstein no considera la posibilidad de explicar estos fenómenos humanos por medio de la acumulación de datos dado que su acceso se limita a la descripción de ellos, la esencia de estos fenómenos es irreductible a su comprensión. Así, por medio de la descripción y del recurso a la analogía reintroduce al sujeto que el positivismo de Frazer suturó.

Para Wittgenstein tanto la religión como la magia son modos de expresión y de reacción ante el misterio de la existencia, por lo tanto, la verdad y la falsedad son categorías que no aplican a este campo, distanciándose del intento de Frazer por ubicar a la magia y la religión en una posición subordinada a la ciencia en el camino del desarrollo cultural. Sobre las definiciones y diferencias entre magia, religión y ciencia es que se detendrá a lo largo de estas observaciones, poniendo en cuestión la jerarquía de esta última en tanto desconoce la verdadera esencia del ser humano.