Daniela Ward
El pasado miércoles 19 de junio estuvo a mi cargo la 6ta. Clase del seminario anual con el comentario de Patricia Iribarren. Intentamos darle una vuelta más a los “arreglos y desarreglos” que hablan del malestar actual a través de las fobias, siguiendo el programa en esta primera parte del año: Actualidad clínica en la inhibición, el carácter y el síntoma, porque justamente la fobia localiza el pasaje de la inhibición, trabajado en clases anteriores- al síntoma -que es hacia donde marcha el programa-.
El caso Juanito de S. Freud (1909) sirvió para ejemplificar y extender los conceptos a una actualidad que exhibe la tensión entre contexto – texto – y lo pulsional y que con Lacan podemos subrayar los tres registros propuestos: imaginario (contexto social); simbólico (texto del inconsciente como significante) y real (lo pulsional que descompleta). Es el análisis del caso Juanito, de Freud y de Lacan, quien nos permite seguir en esa serie que establecen los circuitos imaginarios que arman un mundo posible a transitar y compartir de la mano de otros; las permutaciones simbólicas: angustia por miedo, padre por caballo, que se exponen en el caso a través del Complejo de Edipo, advirtiendo de a poco el gran lugar del Complejo de Castración que hará a Freud decir luego que no podemos pensarlo (al Edipo) sin componerlo como castración. Es decir, la instalación de una falta que permite los intercambios a través de la base de las identificaciones y obviamente la sexuación. Completamos los registros con lo real de las transformaciones que no será tomado aún en términos de existencia por Lacan con la idea de exclusión interna, pero que tiene esa particular topología que podemos leer a partir del relato que Juanito hace de su cuerpo y esa porción, esa parte que es el pene de Juanito, como algo que queda separado del resto del cuerpo por su comportamiento y sin embargo le pertenece. El wiwimager o la expresión hace-pipí que tomamos de la traducción francesa, aparece desordenando su mundo repentinamente como Umheimlich, un extraño-familiar fascinante del que no puede desembarazarse porque va con él a todos lados. Luego ese real será lo segregado como el rechazo estructural del goce, como diferencia. En el caso Juanito con el Lacan del seminario 4, el acento está puesto en la posibilidad del pasaje de lo imaginario a lo simbólico porque eso es a lo que Freud empuja metiéndole a Juanito un obstáculo, un cuarto término entre él, la madre y el falo que es el padre de Juanito. Aunque ya se puede localizar el papel decisivo que va a tener el real pulsional en la eclosión de las neurosis.
Con el caso se da el pasaje del tres: Juanito y la madre intervenidos por el falo en lo imaginario, a los 4 términos donde se agrega el padre de Juanito y el profesor Freud sin dudas –sin perder de vista el falo que va moviéndose y redefiniéndose-, para vislumbrar un germen de desarrollos posteriores contemplando un mecanismo que es lo que luego se nombrará como debilitamiento del padre en la pérdida de la garantía y todo el movimiento que lleva a desmentir la castración – que podemos pensarlo como Enrique Acuña siempre invitó, “como esa banda de Moebius que amplificamos para extender un concepto teórico/clínico a otros campos”. Fíjense que podemos localizar la negación de la castración en Juanito que no se rinde frente a la evidencia de la caída de la premisa fálica y también decimos de esa negación en los modelos sociales, en los discursos -ejemplo de ello es el discurso capitalista renegando de la castración-, y donde el discurso analítico está ahí en la pretensión de exponer ese goce silenciado con un cuarto término como arreglo o respuesta singular a ese malvivir, para empujar a cómo cada uno se puede arreglar con eso. Quiero decir, es la experiencia analítica misma la que da letra en la interpretación. Pueden leer para esto Políticas: del híbrido al capitalista y retornos, de Enrique Acuña en Resonancias y Silencio. Ya hablaba de esto en la Facultad de periodismo en 1998 y siguió en su enseñanza interrogándose. En 2021 por ejemplo en su Seminario: ¿QUO VADIS HOMO SAPIENS? –Psicoanálisis y cuerpo (Clase 4 de agosto de 2021) cuando decía:
“Tener y a la vez perder la significación de lo que es un organismo es el trabajo de un sujeto del inconsciente, uno por uno, diferente, pero en perspectiva a un cierto saber estar en la subjetividad de cada época. Se trata entonces, de un discurso posible en el relato la lógica del particular, un particular negativo como objeción al Todo. En ese lenguaje es eso que se pronuncia como rasgo distintivo (…)
Con el caso Juanito diferenciamos, angustia de miedo, ambos están comprometidos en la vida del niño. También discutimos la neurosis para el psicoanálisis donde hay una función en juego. Además de que la fobia es la neurosis infantil por excelencia y condición para la neurosis adulta. Subrayamos el camino que con Juanito nos permite recorrer angustia – miedo – inhibición – y su salida por el lado del síntoma con un Freud forzando las cosas y también delimitando lo que queda sin “entender”, sin posibilidad de interpretación y legitimándolo. Para marcar la lectura de Lacan en el seminario 4 “La relación de objeto” donde con los registros vemos como lo imaginario compone inhibición, lo simbólico el síntoma y un real del lado de la erección del pene de Juanito y hablará de una transformación real a través de la fantasía del fontanero y algo que queda sin ser nombrado: una mancha. Primero tenemos la angustia que anda flotando y se liga a un objeto (el caballo) convirtiéndose en el miedo, en la fobia que produce una restricción en el yo: la inhibición a salir a la calle y esto es una solución porque está la angustia señal localizada en un objeto y eso es un montón para vivir, el orientarse por el objeto temido: «Juanito no sale a la calle por miedo al caballo». Con la angustia señal, el yo se anticipa al peligro y responde con una reacción adecuada y orientada por la percepción de un peligro localizado y nombrable. A diferencia del susto que “no permite prever” y si no se prevé no se pone en marcha todo lo que amortigua y salva del agujero (trou) del trauma. Lo que se define como pánico parece implicar más bien lo que del goce no puede ser contabilizado, nombrado. Se asemeja a lo que Freud describe en la crisis de angustia como neurosis actual: la “angustia flotante o expectante” que queda ahí, donde no hay trabajo psíquico y en consecuencia no hay posibilidad de captación de esa angustia. Se toma prestado un nombre que ya viene dado: Ataque de pánico, por caso, se vive en alerta, en pánico, lejos de la captación de la angustia por el síntoma como pragmática psicoanalítica que implica un nombre para cada uno más allá de la masa.
Los detalles teóricos y clínicos que el caso va arrojando en Freud y en Lacan fueron nombrados y discutidos hasta cernir la conversación en la idea masottiana de “el resguardo de la falta” como función para leer el caso. Ese resguardo que tomamos de “El objeto metonímico” de O. Massotta en Revista Versus. Si bien estamos lejos en teorización sobre el objeto a, la falta que garantiza el deseo, se enlaza con la angustia en tanto que ahí donde no debe aparecer o lo que es lo mismo, tendría que faltar, aparece.
En el comentario Patricia Iribarren destacó puntos de lo expuesto y realizó su ejemplificación a partir de la película, recientemente estrenada, Intensamente 2, subrayando las diferencias entre una propuesta de “comando yoico” al rescate para una adaptación a un real que se impone forzando la invención que tiene estatuto de síntoma.
Bibliografía consultada:
– Acuña, E.: Un viejo mundo nuevo. La sociedad del acto analítico. Resonancia y Silencio. EDULP
– Freud, S.: Análisis de una fobia de un niño de cinco años de 1909 -Tomo X-. Amorrortu Editores
– Lacan, J.: Seminario 4: La relación de objeto. Apartado: “La estructura de los mitos en la observación de la fobia de Juanito ((1956/57)
– Fernández, C.: Declinaciones de lo familiar – De la novela hacia un decir-. Analytica del sur n°13, diciembre 2023.